Promesa hecha a Alejandrina el 25 de febrero de 1949
Hija mía, mi esposa
querida, haz que yo sea amado, consolado y reparado en mi Eucaristía.

Diles en mi nombre, que todos aquellos que comulguen bien
los seis primeros viernes, con sinceridad y humildad, fervor y amor, y junto a
mi sagrario pasen una hora de adoración e íntima unión conmigo, Yo les prometo
el Cielo.
Quiero que en esa
hora, honren mis Santas Llagas, empezando primero por la de mi sagrado hombro,
que es tan poco nombrada.
Quienes hicieran
esto, quienes a la devoción a las santas llagas, junten los dolores de mi Madre
bendita, y en nombre de ellas pidan gracias, ya sea espirituales, ya sea
corporales, Yo les prometo concederles esas gracias, a no ser que sean para
prejuicio de su alma.
También les prometo
que en el momento de su muerte, vendré y traeré conmigo a mi Madre Santísima,
para defenderlos. |