ALEXANDRINA Y LA JUVENTUD

Enero de 2005

 

 

La Beata Alejandrina consideraba a Santa Teresita como su “hermana espiritual” y le dedicó una particular devoción. El año en que Santa Teresita de Lisieux fue canonizada, fue el año en que quedó en cama Alejandrina, se le apareció varias veces, dos veces el día en que revivió por primera vez la Pasión. El día litúrgico de Alejandrina, 13 de octubre, resultó muy cercano al día litúrgico de Teresita, el 3 de octubre...

Al comienzo de 2006, cuando vinieron las reliquias de Santa Teresita a Portugal, recordamos este fragmento del coloquio de Alejandrina el día 13 de octubre de 1947:

“Vino Santa Teresita, vestida de luz, como una diadema hermosísima. ¡Cómo es linda y bondadosa! Me abrazó, me besó mucho y en abrazo prolongado me dice:

-¡Mi hermana, esposa de Mi Esposo e hija de Mi Señor, ten valor!

¡Una gran gloria te espera en el Cielo, una hermosa corona formada por tu martirio!.

Sufre con alegría, cuenta con mi protección aquí en la tierra e iré a tu encuentro en tu pasaje a la eternidad.

-Santa Teresita, mi querida Santa Teresita, confío en ti, cuento con tu protección, ama por mí a Jesús y a la Madrecita y a toda la Santísima Trinidad.

Preséntales mis pedidos y alcanza para todos los que me son queridos y a toda mi familia las bendiciones y gracias del Cielo.

Acuérdate de todos los que quieren que los recomiende, acuérdate del mundo entero.

Con la promesa de no olvidar nada, desapareció”

El texto es significativo: Santa Teresita comienza por llamarle “hermana” y después de esto viene el resto, que es mucho: “vendré a tu encuentro en tu pasaje a la eternidad”.

Fue en el día de Santa Teresita cuando Alejandrina revivió por primera vez la Pasión. Y la repetición del hecho, bien lo sabemos, fue determinante para llegar a la consagración del Mundo al Inmaculado Corazón de María, lo que ha de haber dejado encantada a Teresita.

En el libro “En el Calvario de Balasar”, el Padre Pinho se refiere así a ese día:

“Al día siguiente, 3 de octubre, día de Santa Teresita, después de la Comunión, además de grandes aflicciones místicas en las que se vio con Cristo en el Huerto, se le repite la invitación:

¿Aceptas, hija mía, un calvario que Yo sólo le doy a mis esposas más predilectas?

Y después de escuchar otra vez el generoso sí, Jesús le anuncia, igual que en la víspera, que después de las doce horas comenzará su pasión del Huerto al Gólgota y terminará a las 3 de la tarde. Después se quedará con ella en un coloquio para desahogar sus tristezas, hasta las 6 de la tarde.

Realmente, todo se realizó de esta forma y los presentes vimos desarrollarse el drama de la Pasión lo más vivo posible: Huerto... prisión... tribunales... flagelación... camino del Calvario... Crucifixión... Muerte.”

Se antoja recordar en estos momentos como respondió Santa Teresa de Ávila a Jesús, cuando le decía que era así, sumergiéndonos en el sufrimiento, como Él trataba a sus amigos: “¡No me admira que tengáis tan pocos!” pero este fue el camino real de la Redención, del loco amor por los hombres.

Alejandrina evoca así en su Autobiografía, su primera vivencia de la Pasión:

“Después del mediodía, vino Nuestro Señor a invitarme:

-Hija mía, el Huerto está listo y el Gólgota también, ¿aceptas? Sentí que Nuestro Señor me acompañó en todo el camino del Calvario, después, me sentí sola, viéndolo a Él en lo alto, en tamaño natural, clavado en la cruz. Recorrí todo el camino del Calvario sin perderlo de vista... era junto a Él donde iba yo a terminar.

Vi por dos veces a Santa Teresita. La primera vez, vino vestida de monja, entre dos Hermanas, en la puerta del Carmelo. La segunda vez, la vi rodeada de rosas y envuelta en un manto celestial.”

Si Teresita era hermana, no podía faltar en este momento tan importante.

Ciertamente, dos de los temas referentes a Teresita y a Alejandrina son el canto de amor y el de Nuestra Señora.

He aquí el poema de la Crucificada de Balasar:

SÓLO POR AMOR

Sólo por amor me deje herir,
Sólo por amor mi corazón sangra,
Sólo por ti, Jesús, el dolor tiene dulzura,
Sólo en la cruz, contigo, se me alegra el alma.

Duro es mi penar por haberte ofendido;
Sólo por amor diré siempre: tiene encantos el martirio.
Aquí tienes, mi dulce Jesús, a mi pecho para abrigo.

Mi corazón fue ingrato contra mi Dios y Señor;
Fue así como le pagué su infinito amor.
Ahora sólo quiero amarlo y suavizar su dolor.

Decirte cuánto te amo, no es necesario, Jesús.
Tú ves mi corazón y cuánto ama la cruz.
¿Porqué es que él sufre? Es sólo por ti, mi Jesús.

                                    Alexandrina (5/3/1949)

Para concluir, dos estrofas del poema Vivir de Amor, de Teresita:

VIVIR DE AMOR

En la última noche, la noche del amor,
Hablando claramente y sin parábolas,
Jesús decía as
í:
«Si alguno quiere amarme, que guarde mi palabra,
Que la guarde fielmente. Mi padre le amará,
Y vendremos a él, moraremos en él,
Será para nosotros una morada viva,
Será nuestro palacio.
Pero también queremos que muera él en nosotros,
Lleno de paz, que more
En nuestro amor».

¡Vivir de amor quiere decir guardarte
a ti, Verbo increado, Palabra de mi Dios!
Lo sabes, Jesús mío, yo te amo,
Me abrasa con su fuego tu Espíritu de Amor.
Amándote yo a ti, atraigo al Padre,
Mi débil corazón se entrega a él sin reserva.
¡Oh augusta Trinidad,
Eres prisionera, la santa Prisionera
De mi amor!