ALEJANDRINA Y LA JUVENTUD

Página mensual por José Ferreira – Diciembre 05

« ¡El pueblo que estaba en tinieblas vió una gran luz ! » La página de diciembre es la página de la Navidad, una Navidad que llega por anticipada.

Va a estar enriquecida con dos bloques de textos de la Beata Alejandrina: el primero es un conjunto de cuatro cuartetos que escribió los días 24 y 25 de diciembre de 1951 y que se encuentran en los  Pensamientos sueltos; el segundo bloque son llamados de Jesús, recogidos de los Sentimientos del Alma.

Cuartetas de Navidad

Las cuartetas hace tiempo fueron muy populares. En las romerías los cantores improvisaban  largas cuartetas desafiantes, en un diálogo más o menos poético y público ; se conocen casos de jóvenes que enamoraban o cuando menos se divertían conversando en verso, en cuartetas. Por tanto, no es de admirar que Alejandrina, las aprendiera y las aprendiera bien :

Canta alegre,  alma mía,
Va a nacer el Niño Dios.
Sólo para darte el Cielo
Es que Él se hizo pequeñito.

En mi corazón laten alas,
Al pesebre fue a posar:
Dáselo todo a Jesus,
Para  servirlo y amar.

El fuego que me devora,
Viene  de mi Jesús.
Empezó en el pesebre
Y fue llevado hasta la Cruz.

Tengo hambre de Jesús,
Voy al pesebre a correr,
A comer de sus virtudes :
Sólo ellas me hacen vivir.

Como se observa, los temas que aborda son sus grandes temas de siempre : la Cruz, la redención, un amor sin límites a Jesús, que es para ella “el Todo” que desciende a su “nada”.

He aquí como explica esta pasión radical en una oración tan breve que es cási una jaculatoria :

Jesús, para Ti mi mirada, mi sonrisa, las palpitaciones de mi corazón y todo mi ser –la vida y la muerte, el tiempo y la eternidad.

Llamados de Jesús

El matrimonio Signorile publicó un libro con el título de “Venid a Mí –Llamados de Jesús”. Realmente son muy abundantes los llamados de Jesús en las páginas de los Sentimientos del Alma. He aquí algunos.

Id, almas queridas, id, almas santas, id a la conquista de las almas.

¡Tengo hambre, tengo sed! Tráelas a mi Divino Corazón.

Pídeles, pídeles, no quiero ser ofendido.

Forma cenáculos. Enséñales, conquístalos, predica la vida de Cristo.

Yo soy el Señor, el Señor Jesús que vino a la tierra a cumplir la voluntad de mi Padre.

En nombre de Él pido reparación, reparación y amor.

(2-3-51)

¡Tengo hambre, tengo sed! Vengan a saciarme!

Es hambre y sed de amor que me devora el corazón.

¡Tengo sed, tengo sed!

Yo les diré como antes, en mi paso por la tierra: Si supiérais quien os pide de beber.

Yo pedí agua a la Samaritana, junto al pozo, y ahora pido amor, junto a los corazones.

Si supiérais quién es este mendigo de amor... Es Jesús que pide ser amado: Créanme.

¡Tengo se de amor, tengo sed de pureza, tengo sed de almas-víctimas!

(21-7-50)

Yo no quiero que las almas sean llamadas por la violencia o por el temor.

Pobres almas, les basta el remordimiento y el temor de haberme ofendido.

Hay tantos sacerdotes que quieren llevar las almas por la fuerza de la violencia y de grandes temores, y nada consiguen.

¡Si supieran hablarles de las ternuras, misericordia y amor de mi Divino Corazón!

(4-12-48)

Descendió Jesús del Cielo y va a hablar por medio de su portavoz. Oid, hijos míos:

Seréis hijos míos si me aman y siguen mi Ley.

Seréis benditos de mi Padre: los abraso con mi amor. Les doy todas las gracias.

Seréis mis hijos si profesan mi Ley.

Seréis mis hijos si por mi amor llevan vuestra cruz.

Seréis mis hijos si por mi amor son apóstoles del bien.

(30-10-53)

Deseo que los jóvenes tomen estos llamados, como la palabra que les dirige el Salvador en esta Navidad, el Hijo eterno de Dios que vino a habitar entre los hombres.

Es urgente, no se puede perder más tiempo: “¡Tengo hambre, tengo sed!”

“¡Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres que son amados por Él!”

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