« ¡He de hacer en ti grandes cosas! »
En la vida de
Alejandrina se concretizó un proyecto que Jesús le anunció el primer sábado de
diciembre de 1934 al prometerle : « ¡He de hacer en ti grandes cosas! »
El 27 de septiembre
de ese año, Alejandrina le informaba al Padre Pinho :
Me dice mi amado
Jesús que Él será mi Director y mi Maestro continuo, frecuente, habitual y que
vuestra Reverencia lo hará de lejos ; pero me dice que tengo que obedecer
primero en todo a usted.
Me dice también
que le diga a usted que mi peregrinación en la Tierra no será larga, pero que me
esperan grandes cosas.
Como una forma de
evaluación global de la vida de Alejandrina, el
Padre Pinho escribe en la biografía : “En el Calvario de Balasar” :
La enfermita de
Balasar (Alejandrina) legó a la posteridad, en sus
nu-merosos escritos, un riquísimo manantial en el que nos revela de forma muy
transparente su bella alma de elección y los delicados y arduos caminos por
donde, desde la infancia hasta su muerte, la condujo la Providencia, y de donde
mana luz abundante de preciosa doctrina espiritual. Y esto es más, mucho más,
cuando se aproxima a su fin.
Uno de los censores
que analizó oficialmente la obra de Alejandrina, después de referirse “a la
pureza de sus escritos”, manifiesta su sorpresa sobre algunos aspectos, como el
de la “comunión con Cristo Redentor en la vocación vic-timal”, pues, continúa,
“no se esperaría encontrarlos en los escritos de una mujer que solamente hizo
unos meses de primaria”.
Pero regresemos al
Padre Pinho, que ahora evalúa la caminata mística de su dirigida :
De hecho,
Impresiona a quien conoce, por ejemplo, la doctrina de San Juan de la Cruz, leer
los escritos de Alejandrina, sobre todo de los últimos cuatro lustros de su
existencia. Yo diría que encontramos en ellos la ejemplificación vivida, en un
grado superlativo y muchas veces misterioso, de las enseñanzas del grande Doctor
Místico, particularmente en lo que se refiere a la Noche oscura del sentido y
mucho más al espíritu y la Unión consumada.
Con esto se cumplía
el anuncio hecho a esta campesina tan poco instruida y que subiría tan alto.
« Llegará a los confines del mundo »
El 22 de noviembre de
1937, Jesús comunicaba a Alejandrina :
Yo quiero que tu
vida sea conocida después de tu muerte, y así ha de ser; haré que lo sea.
Llegará a los
confines del mundo, como llegará la voz del Papa al consagrar el mundo a mi
querida Madre.
Quiero que todo se
sepa, para que vean como me comunico con las almas que Me quieren amar.
Sobre la
concretización de esta profecía, comentó el primer Director :
Todavía no han
pasado cinco años de que ella murió, y en el momento en que escribimos estas
líneas, ya anda en el mundo cinco obras diferentes sobre Alejandrina, y algunas
de ellas ya tienen varias reediciones, unas cuatro, otra dos.
Muchos años después,
en 1968, el Padre Humberto Pasquale, hablaba del trabajo que le daba “la
correspondencia que recibo de sus admiradores (entre los cuales había
periodistas que pedían informaciones de la figura de la Sierva de Dios) y me
llega desde todos los confines del mundo”.
Algo parecido dice el
Padre Pascual Liberatore :
Quien conoce a
Alejandrina, queda fascinado por ella, recibo cartas de todo el mundo con
peticiones de imágenes y reliquias.
Y actualmente se
pueden encontrar varios testimonios en el mismo sentido. El sorprendente anuncio
hecho con tanta antelación, se cumplió de forma muy concreta. ¿ Quién podría
prever, en 1937, que la vida de aquella ignorada paralítica iría a recorrer el
mundo ?
La palabra de Juan Pablo II
El
día de la beatificación, dejó Juan Pablo II estas palabras, que también son una
evaluación de nuestra Beata:
“¿Me amas?”
pregunta Jesús a Simón Pedro.
Y él responde :
“Señor, tú sabes
todo, tú sabes que te amo”.
La vida de la
beata Alejandrina María da Costa se puede resumir en este diálogo de amor.
Penetrada y abrasada por estas ansias de amor, no quiso negar nada a su
Salvador: de voluntad firme, aceptó todo para mostrarle que lo amaba.
Esposa de sangre,
revive místicamente la pasión de Cristo y se ofrece como víctima por los
pecadores, recibiendo esa fuerza de la Eucaristía, que se convierte en su único
alimento en los últimos trece años de su vida.
La estela de la
beata Alejandrina, se expresa en la trilogía “sufrir, amar, reparar”, y los
cristianos pueden encontrar en ella estímulo y motivación para ennoblecer todo y
para que todo lo que la vida tenga de doloroso y triste sea la prueba del amor
máximo : sacrificar la vida por quien se ama.
En el mes del Cincuentenario
Nos reuniremos por esta grande fecha que se celebra este mes, el
Cincuentenario de la Muerte de Alejandrina, oigamos para concluir, el testimonio
del propio Jesús :
Yo quisiera que
alguien hiciera
lo que tú ya no puedes hacer.
Hojas sueltas, hojas sueltas lo que dices,
lo que observan de ti.
Tú subes las almas
hasta Mi.
Tú vas al frente, subiste tanto, subiste tanto...
Llegaste al Infinito,
Vives del Infinito,
Hablas del Infinito.
¡Oh, vida de Dios
en las almas !
Que la juventud que nos lee, tenga el valor de ir hacia el
descubrimiento de las “grandes cosas” que representa Alejandrina, para subir
junto con ella hasta Jesús, el único Salvador enviado por el Padre.
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